En la industria juguetera, la etiqueta 'Made in China' ya no es un estigma. Al menos, no desde que marcas como Pop Mart han invadido el panorama internacional juguetero con productos accesibles, modernos y cuyas ventas se cuentan por millones. El gigante de los muñecos hiperestilizados ha cautivado a coleccionistas y niños de todo el mundo gracias a las redes sociales, con un impacto intergeneracional que debería ser la envidia de industrias más "serias". Al menos, mientras los aranceles no supongan un problema.
¿Qué son? Los Pop Mart son los muñecos que fabrica la compañía del mismo nombre y que se pueden comprar a través de su web, en tiendas específicas que van abriendo (a veces de forma temporal) por las principales capitales del mundo, e incluso en máquinas expendedoras también cada vez más frecuentes. Se dividen en series en las que un mismo muñeco se muestra en distintas variantes, lo que los hace altamente coleccionables. La moda de la estética cute los ha convertido en productos que van más allá del público infantil, y su difusión habitual en cajas sorpresa que esconden su contenido los ha llevado a triunfar en redes sociales.
Un impacto viral. Sin duda, la facilidad de las redes sociales para trascender fronteras ha dado a Pop Mart el empuje que necesitaba para ser conocida fuera de China. Una rápida búsqueda de Pop Mart en TikTok arroja, solo con creadores de contenido españoles, una ristra infinita de unboxings que tienen el añadido de que, al ser en muchos casos de cajas sorpresa, los propios usuarios, con cientos de miles de seguidores, son los primeros en sorprenderse.

Un claro precedente: Funko Pop. La naturaleza de los muñecos recuerda en parte a los Funko Pop, la marca de muñecos que se han convertido ya en mainstream absoluto, todos cortados por el mismo patrón estético, y que hacen referencia a multitud de franquicias y marcas comerciales. Los Pop Mart, aunque tienen cierto carácter icónico común entre todos, están subdivididos en múltiples colecciones y cada una tiene su propia estética. Eso sí, también se rinden al poder de las franquicias y tienen múltiples colecciones dedicadas a Disney, Harry Potter, Bob Esponja, Marvel, Barbie y un largo etcétera.
La importancia de los autores. Pop Mart tiene otra rasgo distintivo que lo distingue de los hoy masificadísimos Funko Pop: su apoyo a los diseñadores y artistas detrás de algunas de las líneas de muñecos, lo que le da un aire de exclusividad frente a marcas más impersonales y además conecta con otro claro precedente del fenómeno. Se trata de los Art Toys, carísimos muñecos de vinilo que hace un par de décadas fueron epítome de la modernidad. Muchos más asequibles que aquellos, Pop Mart presume de una escudería de diseñadores con nombres como Lang, Ayan Deng, Pucky o Libby Frame. No es de extrañar: gracias a uno de ellos, Kasing Lung, ha generado su propiedad más conocida, Labubu.
Labubu arrasa. Labubu es una especie de duende con aspecto de mono y una sonrisa que parece salida del mismísimo infierno, y se ha convertido en la propiedad de Pop Mart más vendida a nivel global: forma parte de una colección más amplia llamada The Monsters, y generó el año pasado 419 millones de dólares en beneficios para Pop Mart. No es, eso sí, la marca más conocida de la compañía en China, donde triunfa la chica-gato Molly. Esta es creación de un diseñador de allí, Kenny Wong, lo que corrobora el buen ojo que ha tenido Pop Mart poniendo en primer plano a los creadores de sus iconos.
Orígenes a ciegas. La empresa fue fundada en el año 2000 por el empresario Wang Ning, de 38 años. En menos de quince años ha conseguido convertir Pop Mart en una de las empresas más conocidas de China: en 2024 sus acciones subieron un 370%. Su éxito es tal que en septiembre de 2023 abrió un parque de atracciones propio en Pekín, Pop Land, de 40 kilómetros cuadrados. Pero es su imparable implantación mundial lo que está llamando la atención.
Locura internacional. Según datos que manejaba la revista Time, 130 de las 530 tiendas de la compañía a finales del año pasado se sitúan fuera de China (la primera en España se abrió en Barcelona). En 2024, sus beneficios por ventas internacionales subieron un espectacular 375%, lo que corrobora el crecimiento que está teniendo ern Europa y Estados Unidos. Según el informe de ingresos de la propia compañía, en 2024 tuvo beneficios de 1.800 millones de dólares, de los que un 40% venían de fuera de China.
Las virales cajas sorpresa. Parte del secreto del éxito de Pop Mart está en las cajas sorpresa (o cajas ciegas, como se empieza a conocer la traducción literal de blind boxes): la búsqueda de modelos específicos, con especial atención a los muñecos especiales, no descritos en los catálogos, y que pueden salir en uno de cada setenta y tantas cajas, se combinan con la garantía de no repetir sorpresa si no se desea. Por ejemplo, si se compra una colección completa de seis cajas sorpresa, se sabe que esas seis no tendrán los muñecos repetidos: el contenido viralizable, la gamificación de la búsqueda y el anzuelo comercial son tan evidentes como efectivos.

La invasión de los juguetes chinos. Por supuesto, Pop Mart no está sola en esta loca carrera por ganarse los corazones de influencers y coleccionistas. Su más feroz competidora es Top Toy, fundada mucho más recientemente, en 2020. Es propiedad de Miniso, la cadena china de tiendas de bajo costo especializada en productos de consumo. En 2024, ya tenían beneficios de 134,84 millones de dólares, sus productos se centran en propiedades licenciadas, y ya tienen muñecos de 40 IPs distintas. Con el proyecto de abrir mil tiendas en todo el mundo en los próximos años, está claro que nos espera un futuro juguetero también dominado por las empresas chinas.
Cabecera | Choo Yut Shing en Flickr
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crisct
15 pavos cada Labubu para mis niñas :_(